Importante. Transcurridos ya unos años desde la publicación del libro al que se refiere el presente comentario y dada la dificultad para hacerse con un ejemplar, quien tenga interés puede descargarlo en formato PDF pulsando aquí (⇑)
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Corría el año 1997 cuando me topé de frente con la figura de Rosario de Acuña, me habían destinado al instituto gijonés que lleva su nombre. Poco era lo que por entonces sabía de ella, apenas unas cuantas generalidades que hablaban de su condición de masona y mujer batalladora.
Curiosamente fue otro trabajo de investigación el que me empujó a interesarme por su vida y por su obra. En pleno proceso de documentación acerca del funcionamiento de la Escuela Neutra de Gijón me encontré con «El ateísmo en las escuelas neutras» (⇑), el discurso que pronunció en la ceremonia inaugural de la escuela. En aquel contexto sus palabras dejaban traslucir una personalidad más rica que la que había intuido al leer sus dos dramas más conocidos. Fue entonces cuando quise conocer más acerca de esta mujer y me puse manos a la obra. Seguí su rastro por archivos y bibliotecas con el auxilio de la información que María del Carmen Simón Palmer (⇑) había publicado en Escritoras españolas del siglo XIX. Manual bio-bibliográfico, una valiosa obra que nunca agradeceré bastante: allí encontré cerca de cien detalladass referencias que pusieron a mi alcance artículos, poesías, conferencias...
Tras aquel impulso inicial, las copias de las obras de Rosario de Acuña fueron llenando carpetas y carpetas. De cada nuevo libro conseguido deposité una en la biblioteca del instituto, sumándose así a las publicaciones que acerca de nuestra protagonista iban apareciendo por entonces.
Conocedor como era de mis investigaciones, en 2004 Francisco Alonso Llano, por entonces director del instituto, me habló de su proyecto de publicar un libro sobre Rosario de Acuña para entregar a los alumnos al finalizar sus estudios de Bachillerato. Me preguntó si estaba dispuesto. Tal y como ya he contado, tuve mis dudas, pues me asaltaba el temor de que este encargo, esta primera entrega de mi investigación, representara una dificultad insalvable de cara a la futura publicación del trabajo que llevaba ya un tiempo preparando. Ciertamente, suponía todo un reto hacer posible este primer e inesperado trabajo sin debilitar ni trastocar la estructura del segundo.
El resultado final fue Rosario de Acuña en Asturias (⇑): una parte de su biografía, la que más interés podía tener para los alumnos del instituto que lleva su nombre, y un enfoque diferente a aquel con el que estaba elaborando Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato (⇑), concluido en 2007 aunque, por aquello de la crisis y el consecuente retraimiento editorial, no vio la luz hasta dos años más tarde.
Promoción tras promoción, quienes terminaban sus estudios de Bachillerato en el instituto recibieron un ejemplar del libro Rosario de Acuña en Asturias. Y así fue hasta que se acabaron. Hace un año, poco más o menos, se repitió la historia. Un nuevo equipo directivo del instituto, encabezado ahora por Isabel Puente Costales, me plantean el proyecto de realizar una biografía de Rosario de Acuña, pues, como queda dicho, se agotan los ejemplares de los libros antes mencionados que fueron editados ya hace unos años. De hecho, de Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato no quedan disponibles más ejemplares que los que se encuentren en las bibliotecas, la edición está agotada y no hay indicios de que se vuelva a reeditar. Me han pedido que sea menos ambiciosa, que procure que resulte más biográfica que la última. Creo que con lo primero me están sugiriendo que reduzca su volumen, pues sus casi quinientas páginas deben parecerles excesivas para la tarea de divulgación que persiguen.
Un año después ha visto la luz ¿Quién fue Rosario de Acuña? (⇑) una versión más «biográfica» y actualizada que alberga la pretensión de satisfacer tanto a quienes hayan leído mis anteriores libros a ella dedicados, como a cuantos se acerquen por primera vez a la figura de nuestra protagonista. Los primeros sabrán apreciar las novedades que aquí encontrarán; los segundos tendrán cumplida respuesta a la pregunta que encabeza esta obra. Unos y otros disfrutarán, sin duda, con la selección de escritos de doña Rosario que figuran al final del volumen.
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