Quiero agradecer a Félix Población –de cuya opinión y criterio tengo la mejor opinión– el artículo dedicado a mi tía abuela (⇑), Rosario de Acuña. Lamentablemente no pude asistir a la presentación de sus obras en el Ateneo de Madrid, pero sí presidió el acto mi marido el presidente de la entidad, el filósofo Carlos París que me describió la emoción del acto, y la asistencia numerosa al mismo, aunque no tuviera el merecido eco en los medios de comunicación. Y ya no sé si es por Rosario de Acuña o por el Ateneo. Mi tío abuelo, Carlos de Lamo Jiménez, hermano de mi abuela Regina de Lamo –música, escritora, militante anarquista, cooperativista y feminista cuya figura también ha sido silenciada por la ideología fascista que ha imperado en nuestro país– fue su compañero sentimental en los últimos 20 años de su vida en el caserón de El Cervigón en Gijón. Mi madre Enriqueta O'Neill, pasó largas temporadas en su casa y aprendió de ella tantos conocimientos como poseía. Hago referencia a ella en mi libro "Mujer y Sociedad" publicado en 1969, en donde tuve que limitar el texto dada la época que vivíamos. Después, Macrino Fernández ha tenido la amabilidad de escribirme y tener una larga correspondencia con motivo de su minucioso y brillante estudio sobre Rosario. [Se refiere a Rosario de Acuña y Villanueva. Una heterodoxa en la España del Concordato ⇑]. De todo ello, y de más contenidos que serían largos de reproducir aquí me gustaría hablar con Félix Población. Si tuviera la amabilidad de escribirme autorizo al periódico a proporcionarle mi email. Con las más efusivas gracias por esta recuperación de la memoria perdida de nuestras mejores mujeres, reciba el testimonio de mi afecto.
Lidia Falcón
Nota. Este comentario fue publicado originariamente en blog.educastur.es/rosariodeacunayvillanueva el 18-2-2010
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