Hay quien se sorprende cuando afirmo que Rosario de Acuña fue una persona de hondas creencias religiosas. Y no es de extrañar que tal cosa suceda: se hacen eco de sonoras etiquetas que, sin sitio para los matices, han terminado prendiendo en algún lugar nebuloso del acervo colectivo donde parece que no está muy claro que siendo anticlerical se pueda ser hondamente creyente. Y si esto sucede ahora, qué no pasaría en aquella España del Concordato, cuando la prelatura contaba con tantos acólitos, misarios y rapavelas que pocos había que pudieran sustraerse al control de los más próximos. Si quien leyera El Motín, Las Dominicales corría el riesgo de ser fulminantemente excomulgado ¿cómo no habría de ser llamada atea quien habitualmente colaboraba en ambos periódicos? Habida cuenta de la maldad que se escondía en aquellas y otras páginas similares, ¿iba alguien a leer algunos de sus escritos por más que en ellos se rindiera homenaje al Creador de la esplendorosa Naturaleza?
Sí; la religiosidad de Rosario de Acuña es tan palpable como su anticlericalismo. Para obtener una muestra de la primera basta leer Desde la cumbre (⇑), Sobre la hoja de un árbol (⇑), La verdad inmanente de las religiones positivas (⇑), o Nuestro ateísmo (⇑); para conocer las razones del segundo, nada mejor que adentrarse con curiosidad en los textos de su serie de artículos Ateos (⇑) o leer A dos beatas gijonesas (⇑) y el soneto «La beata», que se reproduce a continuación:
Por dentro sin piedad, como la hiena;
ni un destello de amor su pecho tiene;
por fuera, ¡con qué maña se previene!
para lograr la estimación ajena.
Miel derraman sus labios mientras llena
de odio y de envidia pérfida, se aviene
a toda acción villana, si conviene
con las horas del triduo o la novena.
Donde quiera que exista, hiere o mata;
la ignorancia en su mente forma nido;
lleva siempre los vicios de rebata,
y el corazón por la soberbia henchido.
¡Dios! ¿Qué Dios, es el Dios de la beata.
Pan rezado y nombrado y tan… vendido?
La Dinamita – Béjar, 19-7-1903
Nota. Este comentario fue publicado originariamente en blog.educastur.es/rosariodeacunayvillanueva el 6-8-2010.
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