Aunque tras su fallecimiento no faltaran quienes se dedican a enaltecer su memoria (además de Carlos Lamo, su inseparable compañero (⇑), y de su hermana Regina, es preciso destacar a Roberto Castrovido, director de El País, que no desaprovechará ocasión alguna para reclamar público reconocimiento para la escritora ⇑), no será hasta la proclamación de la Segunda República cuando empiecen a surgir voces reivindicando el legado de Rosario de Acuña y Villanueva, «una figura intelectual y literaria que honra a su tiempo y a su patria, que debe de ser orgullo de su sexo...»
Las nuevas autoridades no se olvidan de ella a la hora de las denominaciones oficiales para los nuevos centros escolares que se construyen por entonces: uno de los dieciocho colegios que integran el ambicioso plan del Gobierno de la Segunda República para paliar la escasez existente llevará su nombre.
El grupo escolar Rosario de Acuña está situado en la calle España, barrio de Aluche, distrito de La Latina. Tiene capacidad para 300 alumnos distribuidos en seis aulas y dispone de cuarto de duchas, comedor, patio de recreo cubierto, y un local destinado a inspección médico-escolar.
Tras la apertura del pertinente plazo para que las familias pudieran inscribir a sus hijos en los nuevos colegios, todo está preparado para la ceremonia de inauguración, acto solemne que se quiere hacer coincidir con el aniversario de la proclamación de la Primera República. Para que nada falte la Junta Municipal de Enseñanza edita un folleto titulado ¿Quien fue Rosario de Acuña? destinado a los niños y a los vecinos de la barriada donde se ubica el colegio.
En el transcurso del acto intervinieron los diputados Eduardo Barriobero y Rodolfo Llopis quienes, al igual que el resto de oradores, pronunciaron palabras de reconocimiento hacia la figura de la homenajeada: «El señor Barriobero afirmó que, si en ocasiones él hace oposición al Gobierno de la República porque desea una mayor perfección, ahora tiene que agradecer a la República que rotule un grupo escolar con el nombre de Rosario de Acuña, cuyos libros deben circular en las escuelas. Este homenaje responde a un sentimiento unánime del pueblo asturiano. El señor Barriobero lamentó que no se pueda encontrar en las enciclopedias, redactadas por jesuitas, el nombre de aquella insigne librepensadora»
Durante la velada, el escultor José María Palma hizo la presentación del busto de Rosario de Acuña, destinado a ocupar un sitio de honor en el nuevo grupo escolar.
Nota
Por iniciativa de la Asociación Feminista Les Comadres, el Ayuntamiento de Gijón encargó la obra al pintor Carlos Roces y desde entonces, desde ese 31 de enero de 2025, comparte espacio con los de Carmen Laforet, Carmen de Burgos, Almudena Grandes, Rosa Chacel, Clara Campoamor, Elena Fortún o María Zambrano.
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